Hasta la frontera


Los viernes suelen ser buenos días.
Me gustan porque viene Matilda.
Viene a comprobar que estamos todas bien y que hemos sobrevivido a la semana.
Me alegra siempre que viene porque se dibuja una sonrisa enorme en esa cara de no haber sonreído en toda la semana y a una, aunque le duelan un poco las comisuras, también se le pega.
Siempre nos trae un poco de pan que ha hecho su madre y al final, la cena de los viernes siempre nos deja felicidad en el estómago. También nos trae noticias e historias de fuera: que si dicen que Fernando ha conseguido cruzar la frontera, que si han encontrado a María Dolores o que si, por desgracia, Elvira murió dando a luz a la pequeña Eva.
Parece que esas historias nos mantienen un poco despiertas, nos recuerdan quienes somos y por qué luchamos. Y, sobre todo, dónde estamos.
Porque parece que este desván estuviera en ninguna parte y que, a pesar de ser cinco y conocernos como hermanas, se nos hayan olvidado hasta nuestros apellidos.
Llevamos aquí desde hace demasiado, Matilda nos dirá hoy los días exactos. 
Estamos en “La Muela” cerca de Zaragoza pero todas somos de Madrid. Conseguimos llegar hasta Sigüenza gracias a tres caballos que robamos de las familias para las que trabajábamos. Menos mal que Paloma e Inés se habían criado con animales en casa y sabían montar, porque si no, nunca hubiésemos sido capaces de llegar hasta aquí.
Cuando llegamos a Sigüenza nos encontramos con el pastor Enrique que nos llenó las barrigas y nos aconsejó ser más discretas, abandonar los caballos e ir a pie hasta “La Muela”, donde nos encontraríamos con Matilda.
Después de andar durante cinco días llegamos al pueblo destrozadas. Me dolía el cuerpo por todas partes, tenía un agujero en el estómago y se me habían roto los zapatos, al igual que todas mis fuerzas y esperanzas. ¿Cómo iban a llegar cinco muchachas hasta la frontera de Francia sin ningún tipo de ayuda? ¿Por qué estaba sucediendo esto?
Pero aquí estamos, esperando por un carro que tenía que haber llegado hace cinco días que se supone que llevará a tres de nosotras a la frontera.
Matilda dice que llevamos veintitrés días aquí escondidas.
 
Autora Anónima

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