Más de una forma de sentir terror
Se acercaba despacio, susurrante. No la veía. Puede que su presencia no impusiera, puede que solo fuera una sombra, pero, la picazón en las manos que la incapacidad de movimiento le provocaba, la aterradora certeza de su encuentro final con la criatura, a sabiendas de que lenta e inexorablemente llegaría a ella, la hacían torturarse mucho más que la apariencia físicamente aterradora que pudiera poseer. Los pensamientos le martilleaban la cabeza, con un chillido sordo la criatura salvó el espacio que las separaba y la oscuridad se la tragó. * Elisabeth se despertó entre temblores, sendas lágrimas caían por sus mejillas empapando su pijama de rayas, a su lado, unos brazos delgados pero firmes la rodeaban, alejándoladel miedo vivido apenas unos instantes atrás -Lizzy- era su madre, nadie la llamaba así excepto ella-¿Qué has soñado, cariño? -Le preguntó, con un deje de preocupación en la voz. Esperó a serenarse para contestar - Había un monstruo horrible, mamá. Su madre la miró c